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¿Es la inversión sostenible el nuevo «refugio»?

  • Autor(es)
    Sandra Crowl
  • Publicado
  • Longitud
    2 minuto(s) de lectura

A medida que las personas aprenden a adaptarse a la «nueva normalidad» y a definirla, existen motivos de peso para sugerir que la inversión sostenible y, por tanto, los fondos sostenibles brindan potencial.

Las firmas que realmente valoran la relación con sus partes interesadas estarán bien situadas para emerger reforzadas de esta crisis

Las empresas sostenibles saldrán aún más reforzadas de la crisis


En periodos de crisis, los inversores solían emprender la retirada hacia activos «refugio» a los que ya se habían expuesto en otras ocasiones y en los que confiaban, como el oro o la deuda pública con vencimientos largos, mientras que la inversión sostenible se percibía como una moda o una suerte de lujo durante las épocas de incertidumbre. Incluso he escuchado el argumento de que los inversores tienen la mente demasiado ocupada en estos momentos para valorar la posibilidad de recurrir a la inversión sostenible.

Esta clase de mentalidad pertenece al pasado. Las empresas que velan por sus partes interesadas al tiempo que monitorizan los factores externos se están beneficiando de su compromiso. Los fondos que invierten en empresas con sólidas políticas medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) han registrado una rentabilidad superior a la de sus índices de referencia no solo este año, sino a lo largo de los últimos años1. Desde el prisma de la gestión del riesgo, respaldar estas empresas constituye lógicamente la decisión adecuada.

Y esto es solo el principio. Ya estamos presenciando un importante cambio en el comportamiento de las empresas: cientos de ellas se han visto obligadas a revisar públicamente las relaciones con sus clientes, empleados, proveedores y la comunidad en su conjunto. Los últimos análisis2 han evidenciado que aquellas que registraron una evolución favorable durante el punto álgido de la crisis de la enfermedad COVID-19 han demostrado tener unas puntuaciones superiores en materia de productos, salud, seguridad y políticas de recursos humanos. Las firmas que realmente valoran la relaciones con sus partes interesadas estarán bien situadas para emerger reforzadas de esta crisis.

Es ahora responsabilidad de nuestros Gobiernos y de todos nosotros garantizar que esta tendencia llegue realmente a materializarse

Alianza en pro de una recuperación verde


Algunos actores del mercado y determinados Estados miembros de la UE sugieren que los objetivos relacionados con el medio ambiente podrían quedar suspendidos de manera indefinida. Por ejemplo, las reuniones sobre el clima de la COP26 se han pospuesto hasta 2021, pero deben realizarse mayores esfuerzos conjuntos para llevar a buen puerto el Pacto Verde europeo y proporcionar tanta inversión verde como sea posible en el marco del plan de recuperación económica. Por este motivo, Carmignac se ha sumado a los eurodiputados y a los consejeros delegados de grandes empresas y gestoras de activos a la hora de adherirse al manifiesto «Alianza Europea para una Recuperación Verde» con el fin de apuntalar e impulsar la transición hacia la neutralidad climática y los ecosistemas saludables. Es ahora responsabilidad de nuestros Gobiernos y de todos nosotros garantizar que esta tendencia llegue realmente a materializarse.

La responsabilidad social está liberando a las empresas de las ataduras del cortoplacismo


Cada vez resulta más probable que, en una coyuntura en la que recortar los dividendos resulta tanto prudente desde el punto de vista financiero como moral, veamos un mayor número de empresas invertir en soluciones innovadoras y virtuosas en lugar de mantener sus inversiones en empresas tradicionales que sabemos que ofrecen una rentabilidad menguante. Las firmas con visión de futuro tienen ahora la oportunidad de aprovechar su excelente posicionamiento al dejar de estar sujetas al cortoplacismo.

Estamos aprendiendo a adaptarnos a esta nueva fórmula y tratando de definir una nueva normalidad. En este entorno, los fondos de inversión sostenible están confirmando su eficiencia a la hora de gestionar los riesgos subyacentes y brindar rentabilidades más resilientes, precisamente porque respaldan y financian a empresas que actúan en pro del bienestar del planeta y de la sociedad. Para los inversores, plantearse la inversión en fondos de inversión sostenible está claramente justificado y constituye una oportunidad evidente, dado que consideramos que estas inversiones son capaces de generar sólidas rentabilidades una vez superada la crisis de la COVID-19.


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