Carmignac's Note
Nuestra revisión mensual de inversiones: Mayo de 2022
La preocupación pasa de la inflación al crecimiento
El mes de mayo estuvo marcado por una lectura optimista de varios indicadores económicos que se deterioraron (sobre todo en Estados Unidos) y por la recuperación de los activos financieros.
Los mercados de renta variable rebotaron más del 5% desde los mínimos del mes y, paralelamente, se relajó la presión sobre los mercados de renta fija (el tipo de la deuda pública estadounidense a 10 años bajó del 3,2% al 2,8% y el de las primas de riesgo crediticio del 4,9% al 4,2%).
La narrativa del mercado en efecto ha evolucionado ante los indicadores que apuntan a una desaceleración económica más acusada de lo previsto (mercado inmobiliario, indicadores económicos regionales, índices de gestores de compra, etcétera).
Antes los inversores pensaban que los bancos centrales, capitaneados por la Reserva Federal (Fed), estaban más preocupados por la fuerte dinámica inflacionista que por el deterioro de la situación económica. Ahora en cambio anticipan un cambio de marcha por parte del presidente de la Fed. Por tanto, el mercado prevé que Jerome Powell adoptará una senda de normalización monetaria más suave de lo inicialmente previsto, con menos subidas de tipos, tras las estadísticas del mes pasado.
El fantasma de la «estanflación»
Este renovado optimismo —impulsado en buena medida por el excesivo pesimismo que se había instalado en el mercado— suscita dudas e invita a la prudencia.
De hecho, hay componentes de precios que no dejan de subir y los minoristas están encontrando dificultades para repercutir el alza total de los costes en un momento en el que el consumo de los hogares es menor. La caída en bolsa sufrida por Walmart el mes pasado ejemplifica esta situación, ya que la cotización del gigante estadounidense de distribución se desplomó casi un 20% en el periodo. Y aunque el techo de la inflación no esté lejos en Estados Unidos, en Europa el alza de precios podría continuar hasta el otoño.
En este contexto, no cabe descartar una subida de 50 puntos básicos en los tipos del Banco Central Europeo cuando comience en julio el esperado despegue del precio del dinero en Europa. Sin embargo, esta situación no estaría exenta de problemas, habida cuenta de las diferencias tanto en la trayectoria económica de los 27 Estados miembros [de la Unión Europea] como en la financiación con deuda de las medidas de soporte.
Por tanto, una «put» por parte de los bancos centrales parece muy lejana. Ya no pueden, como antes, acudir al rescate y reactivar la maquinaria en caso de crisis debido a las fuerzas inflacionistas que están actuando (repatriación de las cadenas de producción, transición energética, evolución de la estructura del ahorro).
Esto es realmente preocupante, ya que se han creado muchas burbujas a raíz de las medidas de estímulo adoptadas en los últimos años en todo el mundo. Históricamente, las subidas de tipos casi siempre han provocado el estallido de burbujas especulativas y/o crisis en los mercados.
Una gestión adecuada de nuestras carteras
En este contexto, hemos mantenido el rumbo detallado el mes pasado en nuestras estrategias de renta variable. En mayo mantuvimos una exposición a la renta variable de entre el 5% y el 15%, con preferencia por los valores de calidad y perfil defensivo, ya que el empuje de los beneficios empresariales podría flaquear en un contexto de desaceleración del crecimiento e inflación persistente. Por ejemplo, hemos reducido nuestra exposición al sector bancario en beneficio de valores como los de salud y consumo básico.
También hemos empezado a reforzar los valores relacionados con el oro ante una posible aceleración de la ralentización económica. Esta exposición también podría servir de cobertura en caso de que la economía estadounidense se torne al final más resistente, ya que semejante perspectiva aumenta las probabilidades de una normalización monetaria forzada y, por ende, el riesgo de una crisis del mercado.
En los mercados de renta fija, tenemos protegidas casi todas nuestras inversiones de crédito con instrumentos de cobertura de índices, ya que el riesgo idiosincrásico (es decir, el riesgo intrínseco de una empresa o un gobierno) ofrece más valor que el riesgo sistémico. En el universo emergente, priorizamos los bonos emitidos por países que se benefician del encarecimiento de las materias primas y de la relocalización de las cadenas de suministro.
Por último, en este entorno, la liquidez sigue representando una parte relevante de nuestras carteras que nos permite aprovechar oportunidades de inversión que podrían convertirse en catalizadores de rentabilidad para nuestros fondos.
Fuentes: Carmignac, Bloomberg, 09/06/2022